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Las “tijeras†de la desigualdad |
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La recuperación económica de los últimos años ha beneficiado al capital y ha agravado la desigualdad en la distribución del ingreso. Es por eso que, como dijo Jurgen Schuldt, la contraparte de la bonanza macroeconómica es el malestar microeconómico. En las recientes elecciones se apreció que casi la mitad de la población está descontenta con el modelo económico, sobretodo en el sector rural y, particularmente, en la sierra sur.
Esto se corrobora con la medición del PBI por tipo de ingreso del INEI, la que se acaba de actualizar con cifras al 2005 (*). Allà se ve el comportamiento divergente de 2 de sus componentes claves: el excedente de explotación (EE, las utilidades de las empresas, asà como el ingreso de trabajadores independientes) y las remuneraciones de los asalariados (en efectivo o en especie, antes de cualquier deducción).
De 1991 al 2005, el EE pasó de 52,7% al 60,6% del PBI, un aumento enorme. Con el “fujishock†pasó de 52.7 a 58.4% del PBI en solo dos años, para luego mantenerse estable hasta el 2001. A partir del 2002, cuando comienza la recuperación económica, vuelve a aumentar. En el 2004 el EE se dispara y llega a 60,6% en el 2005.
El exacto inverso sucede con los salarios. Se deterioran fuerte del 1991 a 1993 (bajan a 25,0% del PBI) y luego se mantienen estables hasta el 2001. En el 2004 comienza la “caÃda libre†y bajan al sótano (22,9% del PBI) en el 2005.
En términos monetarios, como el PBI del Perú fue S/. 261,600 millones en el 2005, el 7,2% del PBI que han perdido los trabajadores significa que hoy reciben S/. 18,800 millones menos que en 1991. Pero el EE recibe S/. 20,670 millones más que hace 14 años. Y eso que no hemos sumado las pérdidas y ganancias de cada uno de los 14 años.
Los otros componentes del PBI por tipo de ingreso no sufrieron grandes variaciones: los impuestos fueron 9,9% en 1991 y 9,5% del PBI en el 2005, mientras que la depreciación del capital fue 7,3% en 1991 y 7,0% del PBI en el 2005. Por tanto, no han tenido influencia en la enorme merma de los salarios.
Los “por qué†de la concentración del ingreso, que aumenta en el 2004 y el 2005, tienen su explicación en el “estilo de crecimiento†que se deriva del modelo económico. Es evidente que inciden las sobreganancias de las mineras y petroleras, pero no solo ellas, pues las altas utilidades son un factor que atraviesa todos los sectores económicos, como lo constata Gerens Escuela de Gestión y EconomÃa (“Rentabilidad de 1,000 mayores empresas llegarÃa a 21% en 2005â€, Gestión, 21/7/06).
Mientras, el poco crecimiento del empleo que ha habido, se ha dado fundamentalmente en las empresas de 10 y más trabajadores (que no son las más importantes en el empleo total). Por tanto, los aumentos de salarios en este sector ni siquiera se notan en las estadÃsticas de ingresos del INEI.
Lo nos dicen estos datos del INEI es que el modelo económico forma una “tijera†cuyos brazos se separan: a más crecimiento, más desigualdad). Por eso, el cambio de rumbo sigue siendo el primer punto de la agenda.
(*) Ver “Gana el capital, pierde el trabajoâ€, www.cristaldemira.com. 1/6/2006.
Publicado el 15 de Octubre de 2006
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