por Humberto Campodónico
Publicado el 19 de Setiembre de 2005
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  Petroperú: la oportunidad perdida de la integración vertical
 


"La integración de las operaciones de PetroPerú es la única alternativa para afrontar el alza del crudo".

Columnista invitado: Jorge Manco Zaconetti.
Catedrático e Investigador de la Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad de San Marcos.

Existe acuerdo en que los precios internacionales del petróleo se mantendrán altos en los próximos años. Actualmente superan los US $ 60/barril y las empresas están percibiendo mayores ingresos y extraordinarios beneficios.

También el Estado está percibiendo mayores “regalías” petroleras que, en última instancia, financian el canon y sobrecanon. Solamente Piura recibió por dicho concepto en el 2003 la suma de US $ 33 millones; en el 2004 más de US $ 40 millones y de enero a julio de este año ya ha percibido US $ 32 millones.

En particular interesa analizar la producción del norte, de Talara y el Zócalo Continental por la calidad del crudo, asegurando el abastecimiento para la Refinería de Talara-Petroperú y por las posibilidades de encontrar mayores reservas de crudo.

Con la información disponible de Perupetro habría más de 1,000 millones de barriles como reservas posibles en el Zócalo que están esperando las inversiones exploratorias para ser convertidas en reservas probadas.

Hoy, en la región, sumando la producción del Zócalo y Noroeste, se producen aproximadamente 30 mil barriles diarios (mbd) cuando en 1981 la producción era 69 mbd.

Ello obliga a que la refinería de Talara -que tiene una capacidad de 62 mbd- importe crudo del Ecuador y Colombia para poder cubrir sus requerimientos, en razón de que el petróleo de la selva (Lote 8 y 1-AB), a cargo de la argentina Pluspetrol Norte, es cada vez más pesado.

Al margen que las tarifas del Oleoducto que cobra Petroperú a Pluspetrol debieran ser renegociadas, pues en la práctica la empresa estatal está subsidiando el transporte, debiera ser evidente que Petroperú perdió la oportunidad histórica de la integración vertical en el 2001 y en el 2004.

Primero, con la transferencia, en el 2001, del contrato en el Lote 1-AB de OXY a Pluspetrol, sin ningún beneficio para el Estado, de un yacimiento que debió ser de Petroperú sin costo alguno a partir del 2007.

Y en el 2004, con la extensión por 10 años más del contrato de servicios en el Lote Z-2B a cargo de la norteamericana Petrotech, que recibió el lote en 1994 con una producción de 20 mbd y ahora produce apenas 10,3 mbd.

Si Petroperú hubiese realizado una inspección de los equipos, instalaciones y plataformas (que son de su propiedad) habría rescindido un contrato lesivo al país. Pues de cada 100 barriles extraídos, el Estado paga en especie (retribuye) 86 barriles que son vendidos a precio internacional a Petroperú, quedando la diferencia para abonar el canon petrolero.

Esto sin mencionar las diversas maniobras con empresas vinculadas para inflar costos y reducir al mínimo el abono del impuesto a la renta.

En verdad, la integración de las operaciones de PetroPerú con lotes petroleros propios, o asociado con terceros, resulta ser la única alternativa racional que tiene el Perú para enfrentar positivamente los altos precios del crudo internacional, al margen de las reducciones del impuesto selectivo y las ampliaciones del Fondo Virtual de Estabilización de los Precios de los Combustibles.

Por ello, extraña en extremo la demora del informe del grupo de trabajo en la Comisión de Energía y Minas del Congreso sobre la investigación del Lote 1-AB y Z-2B que debió presentarse a inicios del 2004.



 

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